La principal característica distintiva del trastorno dismórfico corporal (TDC) es una preocupación obsesiva por un defecto percibido en la apariencia física. Las obsesiones con TDC pueden manifestarse como preocupaciones excesivas y desproporcionadas acerca de un defecto menor, o como pensamientos recurrentes que provocan ansiedad sobre un defecto totalmente imaginado. Las obsesiones con TDC se centran con mayor frecuencia en la cabeza y la cara, pero pueden afectar cualquier parte del cuerpo. El TDC va más allá de la preocupación normal por la apariencia personal y puede afectar significativamente el funcionamiento académico y profesional, así como las relaciones interpersonales. En casos extremos, una persona con TDC puede evitar por completo cualquier contacto con personas en un esfuerzo por evitar que otros observen el defecto.